Antonio Hernández Robles

Quiero agradeceros tanto a los seguidores como a los visitantes el que encontréis este Blog, como una forma de disfrutar del trabajo de campo que lleva a cabo este humilde fotógrafo y naturalista, con ello pretendo mostrar la Vida Salvaje y la Naturaleza que nos rodea, para así aprender a conocerla y a quererla, siendo este medio una manera de acercarnos a ella desde el punto de vista del naturalista, fotógrafo y amante del mundo animal.

Espero que disfrutéis y agradezco mucho la visita y los comentarios que algunos dedicáis a este trabajo.

Gracias.

martes, 30 de septiembre de 2014

EL VIEJO REY

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   Gracias a la amabilidad de la empresa PHOTOLOGISTIC, y contando con la agradable compañía de mi buen amigo Juan José Cárave, pudimos disfrutar de una jornada en su hide para águila real de Sierra Espuña (Murcia). Y como era de esperar, ya que se nota el trabajo bien hecho y las muchas horas que hay empleadas en lograr que el hide funcione, las águilas no defraudaron, contando con la presencia de tres ejemplares, supongo de de la misma familia, macho, hembra y un jóven del año.
  

              EL VIEJO REY
     La longitud de su ganchudo pico y sus garras quebradas por mil batallas, hablan de la lucha por la supervivencia  de este viejo macho, que a buen seguro habrá reinado durante muchos años, en las altas cumbres de Sierra Espuña.


Cámara A77MII, Sony 70-400 a 250mm., Exposición: 1/320 en F/7.1, ISO: 200


Cámara A77MII, Sony 70-400 a 300mm., Exposición: 1/250 en F/7.1, ISO: 200


El joven, con esa mirada, entre ingenua y curiosa, tiene todo un mundo por descubrir.

Desde su atalaya de aire, vigila su basto territorio y os puedo asegurar, que nada de lo que sucede ahí abajo, escapa a sus penetrantes ojos.


Muchos no lo saben, pero el águila real es una de las aves más rápidas del mundo después del halcón peregrino. Sus picados pueden superar los 250 kilometros por hora.


Majestuoso, domina su reino, desde su trono de viejo pino partido por el vendaval, que como el mismísimo rey, exhibe las heridas que le infringió el tiempo.


Cámara A77MII, Sony 70-400 a 180mm., Exposición: 1/320 en F/7.1, ISO: 200


Cámara A77MII, Sony 70-400 a 330mm., Exposición: 1/400 en F/5.6, ISO: 250


La jóven hembra, astuta y desconfiada, solo permaneció unos segundos antes de marcharse, solo nos dio tiempo para un par de fotos


Cámara A77, objetivo Sigma 500 mm. + teleconvertidor 1.4, Exposición: 1/200 en F/7.1, ISO: 200


Cámara A77, objetivo Sigma 500 mm. + teleconvertidor 1.4, Exposición: 1/100 en F/7.1, ISO: 200




martes, 2 de septiembre de 2014

EL BUITRE LEONADO - Los grandes carroñeros de Monfragüe IV


    El sueño de cualquier fotógrafo de fauna, es poder fotografiar lo que solemos llamar “carroñada”, uno de los mayores espectáculos que se dan en la Naturaleza.

Si esto lo hacemos en el parque Nacional de Monfragüe, uno de los paraísos de las grandes rapaces de la península ibérica, el espectáculo puede alcanzar dimensiones épicas, cuando se concentran delante de nuestra cámara milanos negros, milanos reales, alimoches, buitres negros y buitres leonados, cuervos, rabilargos y otros pequeños comensales que se añaden a la fiesta. 
    Para finalizar esta serie, le toca al más abundante de nuestros buitres, el buitre leonado (Gyps fulvus).
    Unos sesenta individuos, hicieron acto de presencia en La Cañada. Lo que hasta ese momento era un mar de tranquilidad, pronto se convirtió en un espectáculo donde las luchas por abrirse paso hasta la carroña, los graznidos y las plumas al viento, nos hicieron muy difícil dirigir nuestros objetivos hacia un punto concreto y concentrarnos en una acción determinada, a veces incluso apartábamos nuestros ojos del ocular de la cámara para deleitarnos con este grandioso espectáculo de la Naturaleza, olvidándonos hasta de hacer fotografías.
    Aquí os muestro un pequeño resumen de las fotografías que realicé a mis siempre queridos buitres leonados, a los que siendo más joven dediqué muchas horas de mi vida, para que en el día de hoy disfrutemos de la silueta de sus inmensas alas, surcando los cielos murcianos.

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A su llegada ninguno se decide a ser el primero, intentando establecer su jerarquía
con esta postura típica con las alas abiertas, para aparentar ser mas grandes.





Una vez que el primero empieza a comer, los demás le siguen de manera implacable.

Una vez saciados, algunos toman baños de sol abriendo las alas para
ofrecer mayor superficie expuesta a los rayos solares.



La expresiva mirada de este buitre lo dice todo, se peleará
con quien haga falta para obtener su ración de carne.





Mucho más numerosos que los buitres negros y seguramente por su carácter gregario,
se muestran mucho mas agresivos que estos, y a pesar de su menor tamaño
imponen su autoridad, desplazando a los negros hacia la zona más exterior del grupo.





En pocos minutos la carroña queda reducida a un despojo de piel y huesos

Terminado el festín se preparan para su marcha